Los ‘no galácticos’ de Florentino ya dan alegrías al Real Madrid

Acostumbrado a fichar ‘galácticos’ el Madrid cambió de estrategia y ahora está recogiendo sus frutos

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Con la idea de construir un nuevo proyecto ante la amenaza de la edad que ser cernía sobre los Sergio Ramos, Cristiano Ronaldo o Luka Modric, el Real Madrid optó allá por 2017 por seguir una estrategia arriesgada, alejada de los grandes fichajes galácticos, pero que ahora le está dando sus frutos.

El departamento de fútbol internacional, dirigido por Juni Calafat y encargado de hacer el seguimiento de los posibles fichajes, puso su objetivo en el fútbol brasileño y se ‘trajo’ para Madrid de manera consecutiva tres joyas en potencia que anunciaban ser diamante en el futuro: Vinicius (45M en 2017), Militao (50M en 2019) y Rodrygo (40M en 2019).

En ese momento, a su llegada, todo ellos fueron desconocidos para la mayoría de la afición merengue y solo mediante vídeos de sus mejores actuaciones en Brasil (y en Portugal en el caso de Militao), se pudieron hacer una idea de lo que el club había fichado.

Ahora, tres años después (dos en el caso de Rodrygo y Militao) se sabe que la estrategia de los 135 millones le ha salido bien a los blancos y los tres futbolistas están completamente adaptados y con visos de seguir creciendo hacia el estrellato. Sin ir más lejos, en el importante duelo ante la Real Sociedad (0-2) los tres fueron titulares e importantes. Vinicius abrió la lata, Militao realizó posiblemente su mejor actuación desde que viste de blanco y Rodrygo jugó unos buenos 70 minutos.

De esta manera, los tres son de la plena confianza de Ancelotti y solo ellos tienen la repuesta a la pregunta que se hacía todo el mundo en su presentación: ¿A dónde llegarán estos jugadores?

Reinier, la excepción

Pero lo cierto es que no es oro todo lo que reluce y si las de Militao, Rodrygo y Vinicius son ya buenas inversiones, la de Reinier (30M en 2020), que también es la más reciente, va camino de no serlo tanto.

El futbolista, ex del Flamengo y jugador al que le ‘atropelló’  la pandemia nada más llegar, se pelea por un puesto que no termina de conseguir en Dortmund en el que es  su segundo año de cesión. Una etapa que, de seguir así de poco productiva, podrá sufrir un cambio de timón en busca de minutos de mayor calidad.

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