«El árbitro del VAR vio la mano, pero dijo que no era punible»

Javier Aguirre habló tras el descenso del Leganés y dejó en el aire su continuidad: «Cuando no cumples objetivos lo normal es que prescindan de ti».

Sensación: “Te pasa por la cabeza los 26 partidos, los puntos que dejamos ir. Llegar al final con vida, dependiendo de otros, es un problema. Siento mucho dolor por los chicos, sienten que se nos escapó, lo tuvimos en la mano. Si no hubiéramos tenido ocasiones… Merecíamos algo más, por necesidad. La película es esa, no son los 90 minutos de hoy, sino los 25 partidos anteriores”.

Reproches: “Al entrenador, soy el máximo responsable. Lo hice lo mejor que pude, nos recompusimos de bajas importantes… El equipo se reorganizó en las últimas jornadas y conseguimos meternos, había escasas posibilidades y hoy llegamos con algunas más. Fue cruel por la manera».

Afición: “Gracias. Nos dejamos la piel, hicimos lo que pudimos, fue un tema de capacidad, no de actitud. Teníamos un hándicap, nadie me puso una pistola para venir, acepté el reto y no pudo ser».

Posible penalti: “No la vi, le pregunté al línea y dijo que no era punible. Respeto las decisiones, estoy a favor del VAR».

Despedida: “Yo pienso que sí. No fui capaz, esa es la realidad. Cuando uno no es capaz de cumplir el objetivo es normal que prescindan de ti. Me sentaré a ver qué hay, si quieren que continúe. Yo tengo fuerzas siempre, estoy dolido y se me haría una frivolidad cometer una imprudencia. Es tiempo de reflexión, siempre hay obstáculos. Hay que irse con la cabeza alta, dimos lo que teníamos».

Después, compareció en conferencia de prensa.

¿Qué siente? ¿Qué le dice a la gente? «A la gente no tengo palabras más que de agradecimiento. Sé que suena trillado. Es verdad. No ha podio estos partidos con nosotros, pero se ha notado su afecto, su cariño, su apoyo. Al entrar el estadio. Ahora mismo muchas muestras de cariño a la actitud del equipo. Dimos lo que teníamos. Fuimos un equipo honesto y honrado hasta el final, llegando vivos al últimos partidos. Es una pena por el sacrificio de los jóvenes, de los jugadores que entregaron todo. Es una pena. Por el Lega. Espero que volvamos pronto a Primera. Soy un pepinero más».

¿Cómo ve la acción del penalti? «Soy un defensor del VAR. La herramienta me gusta mucho. Ve esas acciones. De la persona que la ve. Ahí es donde entra lo humano. Si el que está arriba, esa mano que el cuerpo arbitral vio, eso depende de él. El de arriba dijo que era mano, pero que no era punible. Y ya está. La imagen la congela, se ve… El VAR es muy buena, pero la persona que hoy estaba decidiendo si tenía que ver la pantallita, dijo que no había que verlo. Era una jugada rápida, jodida. El de arriba la ve, ve la mano, la acepta, pero no la considera punible. El de arriba dijo, sí es mano, pero no es punible. Ya está. Es la decisión de un árbitro».

¿Qué le ha faltado al Leganés para quedarse en Primera? ¿Qué aprende usted y el club? «Yo hablaré en primera persona. Yo he aprendido que en tres o cuatros partidos no estuvimos a la altura de las circunstancias y eso te hace que dependas de otro. Así no estás suelto. Dejar puntos en el camino que luego te hicieron falta. Hubo dos primeros tiempos que mi equipo no me gustó nada. Fue contra el Getafe y contra el Levante. Más allá de eso, el equipo peleó. Hay que añadir a esto la temporada tan atípica que tuvimos. El calor de la grada te alimenta. Te da vida. Ese parón. Ese inicio muy complicado. Esa salida de dos jugadores claves y fundamentales. Esa lesión de otros dos jugadores que era goleador. Uff…. Son muchos factores que hacen que el equipio descienda. Pese a todo. Pese a la voluntad que tuvo. No nos alcanzó. Nos faltó un golito. Y lo tuvimos… hoy pusimos todo lo que teníamos pero no alcanzó».

¿Se ve capacitado para ser el entrenador del Leganés el año que viene? «Yo me considero entrenador, con un grupo de asistentes muy buena ya en la institución. Me hicieron sentir bien. Hay que esperar. Soy un hombre de fútbol. Es mi primer descenso, es verdad. Jamás me había tocado. Es cruel. Es duro. Ves un vestuario roto, lágrimas… va a ser una noche larga. Cuando uno da la que tiene, si se hubiera visto egoísmo, yo sería el primero que se quejaría. Pero vi a mis jugadores entregados. Vi un colectivo muy involucrado, con sus carencias. Yo esperaré a ver cuál es mi futuro. El club… en fin… no me puedo pronunciar porque no tengo certezas de lo que pasará mañana».

¿El descenso es una mancha en el currículum de este Leganés? «Si te digo la verdad, los entrenadores intentamos hacer nuestro trabajo lo mejor posible. Hay un entorno que nos etiqueta y nos evalúa. Pero al final de cuentas nosotros nos debemos al club que nos paga. Somos profesionales. Es lo que nos importa. Aceptamos las críticas y que en el currículum haya de todo. Lo de hoy no es agradable. Nunca me lo imaginé cuando empiezas en esto. Pero esto es fútbol. En el último segundo pudimos hacerlo. Son momentos. El error es inherente al ser humano. Ese golpeo de Óscar o ese señor que decidió que no era penalti. Pero el ‘si hubiera’ no me gusta».

¿Cómo ha sido emocionalmente el partido? ¿Y esa última jugada? «Yo lo vi dentro. Pensé que era de justicia que entrara. Teníamos todavía espíritu y voluntad. Ellos también podían haber hecho un gol. Era un partido roto. Yo la vi dentro, era un posición ideal para Óscar. Al pobre se le fue arriba. Tuvo otra que le atajó Areola. Me quedo con esa imagen que no se me va a olvidar nunca. Lo quise ver dentro. Por mí, por los que están detrás… pero es así. Cuando uno abraza esta profesión hay sin sabores. Es una pena. Mañana vendrán alegrías. A la gente del Leganés le mando un abrazo fraterno. Les agradezco el apoyo que me han brindado. Ahora la gente nos hace sentir bien dentro de lo mal, del dolor, nos da tranquilidad, que dimos lo que queríamos. Por incapacidad nos quedamos en la orilla. No fue por actitud».

¿Es el momento más duro como entrenador? ¿Por qué el Leganés volverá a Primera? «Como jugador el momento más duro fue cuando me rompí la tibia. Fue brutal. Me quedé 11 meses fuera. Una lesión así, es muy duro. Como entrenador probablemente sea mi momento más duro. También mis dos derrotas en los mundiales. Ahí representaba un país y había mucha ilusión. Esto es algo nuevo. Dolorosísimo. Es duro, muy duro de llevar. Ayuda los comentarios que recibo, los aplausos. Eso ayuda, sirve para cerrar la herida cuanto antes posible. Pero como dije antes, ya soy pepinero para siempre. Ojalá vuelva el Leganés lo antes posible. Hay una bonita base. Los chicos que subimos del filial pueden jugar en Segunda tranquilamente, hay uno grupo de doce jugadores con contrato. Hay buenas instalaciones. Puede haber buen presupuesto y buena dirección deportiva. No es que bajes y a ve qué pasa. Ojalá se vuelva la temporada que viene».

¿Es injusto que el Leganés esté en Segunda? «Sería fácil escudarme para mí en la decisión del que está delante de la pantalla. Él está tranquilo, con las pulsaciones calmadas. Él decide que no es punible. Si él, en ese rango se le ocurre decirle verle a verla, seguramente eso cambiaría todo, porque el árbitro habríaido a verla y habría dicho que es penalti. La decisión del de arriba la toma muy tranquilo y nos duele. No dimensiona lo que puede pasar. Defiendo al VAR a muerte, la herramienta. Pero la persona que decide arriba, no está con las pulsaciones hasta arriba. Estoy dolido. Que sirva esto para que la gente que esté arriba se lo piense. O que no sea una persona, que sean tres o más. Que vayan a verlo… No por esa decisión se fue a Segunda. Si hay que escoger un día D, fue Balaídos, esa derrota por 1-0. El cruel destino nos mandó a Segunda».

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